Aun cuando el cristianismo es la religión mayoritaria en Panamá, Esthela Flores ha sido testigo y ha experimentado personalmente cómo la gente que la rodea todavía necesita saber quién es el Señor y cómo permanecer en la intimidad en su caminar con Él. Esthela se esforzó por completar su Maestría en Artes en Estudios Bíblicos y Maestría en Ministerio en Grace School of Theology debido a esta necesidad.

“Cuanto más aprendo, menos sé”, es una afirmación con la que Esthela está totalmente de acuerdo, ya que su educación con Grace le proporcionó los fundamentos que no sabía que le faltaban y que necesitaba establecer. Además de equiparla para cumplir con el llamado que Dios le ha hecho, el estudio del texto bíblico en sus idiomas originales, la profundización de los contextos históricos y el estudio de los diferentes sistemas de creencias le permitieron crecer personalmente también. Las verdades bíblicas se afirmaron a medida que seguía profundizando en la historia, la geografía y la ciencia. Esthela expresó cómo todo lo que aprendió y reaprendió en Grace le permitió afirmar su fe y amor por el llamado de Dios para ella.

A pesar de las dificultades que Esthela ha enfrentado en su vida, Grace le abrió las puertas para encontrar el apoyo que tanto necesitaba de sus profesores. Ella comparte que uno de los cursos que más impactó su caminar fue la clase de Vida Espiritual. Fue confrontada para entender cuál era el verdadero estado de su relación y comunión con el Señor. Soteriología es otra clase que dejó una marca en Esthela ya que pudo reafirmar su posición teológica y avanzar con la confianza de aprender y enseñar la sana doctrina. Ella agradece haber podido experimentar todos estos aprendizajes y reflexiones completamente en línea mientras servía en el ministerio: “Es sensacional tener la oportunidad de prepararse para el ministerio incluso en medio de las pruebas que enfrentamos cada día”.

Esthela sirve a las mujeres de su iglesia y trabaja junto a su esposo para llevar a más personas a Cristo. Su deseo es ayudar a otros a conocer a Cristo, a crecer espiritualmente y a darse cuenta de que la vida de un creyente no es fácil, pero sí es una bendición.